Son realmente fáciles de hacer aunque hay que ser pacientes con el proceso de congelación, ya que se debe remover periódicamente sin dejar congelar del todo, siendo este el momento crítico que determinará la textura del helado.
Vayamos a la receta. Se trata de limpiar las fresas y hacer un batido con ellas. Ahí ponemos nuestro toque, de quitar pepitas, colarlo, añadir una hojita de menta picada...lo que se nos ocurra para darle nuestro toque.
Por otro lado, hacemos un almíbar con agua y azúcar y un chorrito de limón. Aquí decidiremos la cantidad de azúcar, aunque después también es posible rectificar al mezclar con las fresas.
Más tarde se mezcla todo muy bien, y cuando se atempere se introduce en el congelador, removiendo cada 15 minutos deshaciendo el hielo, hasta que llegue un momento que esté tan congelado que no se pueda remover.
Este helado es casero con mayúsculas, y notarás un sabor increíble y muy natural. Por cierto, es la comida favorita de la protagonista de Anatomía de Grey.
No hay comentarios:
Publicar un comentario